La diversión sigue siendo la principal razón para consumir alcohol, pero en un contexto de crisis, el consumo para evadirse de los problemas ha experimentado un importante incremento en este último año, tal y como se desprende del estudio que la ONG «Controla Club» dio a conocer.
Su presidente, Vicente Pizcueta, explicó al respecto que cada vez son más los jóvenes que tratan de escapar de las dificultades económicas a través de las drogas, porque además, actualmente son incluso más baratas que hace unas décadas. «En los ochenta, un gramo de cocaína costaba entre 12.000 y 15.000 pesetas. Hoy en día se pagan 50 euros». Pero no solo eso, se trata de «sustancias de peor calidad, muy adulteradas. Incluso se han dado casos de modificarlas añadiéndoles anticoagulante para dormir la boca».
Con todo, el consumo ha disminuido en los últimos años y eso se debe, principalmente, a la crisis económica. «Los jóvenes beben sobre todo para divertirse. Y querer pasarlo bien es positivo. Sin embargo, hacerlo para dejar de afrontar los problemas, nos preocupa más». En este sentido, avisa de las «nefastas consecuencias» que acarreará este fenómeno si los responsables de evitarlo no ponen remedio.
Ellos, por su parte, llevan adelante, un año más, su campaña de «Si te pasas, te lo pierdes», que se desarrollan a lo largo del verano, «el mejor momento para hacer balance de los 17 años del ‘Controla Tour’».
Una iniciativa que, asegura Pizcueta, ha contribuido a que la percepción de los problemas provocados por las drogas estén plenamente extendidos. Así, el 74 por ciento de los jóvenes encuestados (de entre 16 a 34 años) considera que el alcohol es una droga más y tiene la percepción de los peligros asociados a los accidentes de tráfico, los problemas de salud (comas etílicos o «shocks» térmicos) y las peleas relacionadas con el consumo de drogas.
