Localizar, diagnosticar y mantener aferradas a los tratamientos a las personas con el virus son algunos de los grandes retos que se plantean los diferentes gobiernos.
La resistencia a los medicamentos contra el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) se aproxima al 10 por ciento en las personas que viven con el virus y va comenzar o reiniciar la terapia antirretroviral de primera línea, según el mayor metaanálisis sobre la resistencia a los medicamentos contra el VIH, dirigido por investigadores de 'University College London' (UCL) y la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El Comité solicitó que Rusia apoye unas medidas reconocidas a escala internacional para prevenir la transmisión del VIH entre las personas que se inyectan drogas.
El Hospital Clínic de Barcelona ha puesto en marcha la primera unidad específica para pacientes de 'chemsex', sesiones de sexo bajo el efecto de las drogas, que suponen un 40% de los usuarios del servicio de control del VIH. La organización Stop Sida han hecho un estudio cualitativo a 26 hombres gays para hacer una radiografía de estos usuarios, que tienen entre 23 y 55 años y se definen como policotoxicómanos, y que en un 46% de los casos presentan una infección por VIH.
La investigación revela que las cazoletas no están implicadas en la transmisión de este virus hepático, mientras que los filtros lo estarían en poca medida. los autores sugieren que los programas de acceso a jeringuillas, especialmente en aquellos programas con problemas de financiación, centren sus esfuerzos en la distribución de más jeringuillas con agujas fijas (tipo insulina) en lugar de parafernalia para la preparación de las drogas.
La deshabituación tabáquica supone unos beneficios muy notables sobre la esperanza de vida por lo que deberían promocionarse los programas para dejar de fumar en esta población. Entre las personas con el VIH, el consumo de tabaco es superior al de la población general. El equipo de investigadores estima que el impacto del consumo de tabaco sobre la causa de muerte se hará cada vez más patente a medida que esta población de personas con el VIH envejezca.
Un análisis innovador demuestra de forma contundente el daño que ejerce la criminalización sobre los programas de tratamiento y prevención del VIH dirigidos a esta población. La gran mayoría de estudios -85 en total (80%)- revelaron que la criminalización afectaría negativamente a la prevención y a los resultados del tratamiento del VIH en personas usuarias de drogas inyectables.