Dicho estudio aconseja coordinar los servicios de tratamiento de adicción a las drogas, de atención médica general y de la salud mental para atender mejor las necesidades de esta población.
En los hombres gais, el consumo de estas sustancias tiene, en su mayoría, una finalidad sexual. Estudio español –llevado a cabo de manera conjunta entre expertos sanitarios y profesionales del ámbito comunitario–, cuyos resultados han sido publicados el pasado mes de abril en la Revista Multidisciplinar del Sida de la Sociedad Española Interdisciplinaria sobre el Sida (SEISIDA).
Los hallazgos de un estudio realizado en Londres ponen de manifiesto la necesidad de abordar el ChemSex como un problema prioritario de salud pública. Los varones que consumieron metanfetamina tuvieron un riesgo estadísticamente elevado de experimentar, por ejemplo, 15 veces más probabilidades de ser hospitalizados, 13 veces más de afrontar consecuencias financieras vinculadas a su uso y siete veces más probabilidades de sufrir una sobredosis.
El alcohol y otras sustancias tales como los opioides también tendrían un papel en dicha toxicidad. Los autores señalan que existen otros factores, no directamente relacionados con el VHC, que es probable que favorezcan la aparición de problemas renales, como el consumo de drogas y alcohol, la mala nutrición y los problemas relacionados con el VIH.
La Naltrexona de liberación prolongada favorecería el control del VIH en personas dependientes de opioides o alcohol y privadas de libertad. El momento de la excarcelación puede llevar a recaídas y, en consecuencia, a problemas de adherencia al tratamiento antirretroviral. Las políticas de salud pública deberían poner en el centro de sus actuaciones a las personas con el VIH que están en situación más vulnerable.
Un estudio recomienda el cribado rutinario de la salud mental en estos pacientes tanto en atención primaria como en la atención especializada del VIH. Los autores sugieren que los sistemas de salud deben aumentar la disponibilidad de "modelos de atención integrados y centrados en el paciente" que brinden servicios de atención a la salud mental y la drogodependencia en la comunidad.
Uno de cada cinco cánceres en personas con el VIH de EE UU se asociarían al tabaquismo. Vareniclina se revela como una opción segura y con cierta eficacia, aunque el apoyo de un buen terapeuta con experiencia tanto en la deshabituación como en el VIH parece esencial para el éxito de los programas de deshabituación tabáquica.
Un estudio estadounidense evaluará la viabilidad de tomar dicha droga psicodélica junto a unas sesiones de psicoterapia grupal en personas que llevan muchos años viviendo con el VIH. El objetivo del tratamiento con psilocibina junto a la terapia grupal puede ayudar a las personas a sanar, pero también a construir cohesión y apoyo mutuo entre los miembros del grupo. La psilocibina puede ser útil para las personas que necesitan o desean procesar su experiencia o emociones vividas de modo más pleno.