Redacción-
A pesar de la alta cobertura de programas de reducción de daños en Barcelona, los usuarios de drogas por vía parenteral continúan manteniendo prácticas...
Un estudio realizado en cuatro países europeos revela que el centro sanitario británico presenta una tasa mayor de uso de drogas inyectables y de sexo no consentido.
El uso de drogas pueden tener un impacto importante en la atención médica y en la calidad de vida relacionada con la salud de las personas con VIH, sin embargo el 49,5 por ciento las ha consumido en el último año, sobre todo cannabis, cocaína y poppers.
Una de las consecuencias más graves de la epidemia de opiáceos es la propagación de la hepatitis C entre los usuarios de drogas inyectables. Un estudio nuevo muestra que, si se desarrolla con éxito una vacuna contra la hepatitis C, se reduciría drásticamente la transmisión de la hepatitis C entre los consumidores de drogas, a pesar de que es poco probable que una vacuna así brinde inmunidad completa.
Los programas de reducción de daños serían, junto al uso de antivirales de acción directa, piezas esenciales para lograr mejoras que conduzcan a dicho objetivo. En la Unión Europea, se calcula que en 2016 había un total de 3,6 millones de personas con infección crónica por hepatitis C.
En este artículo se muestra como la prevención inespecífica usando la actividad deportiva constituye una herramienta muy valiosa de trabajo, para conectar con el cuerpo y las sensaciones y emociones, aun cuando estas personas estén en consumos activos. En este caso, se trata de las experiencias de consumidores de heroína de Barcelona que combaten su adicción con el boxeo.
Según un editorial del diario canadiense The Globe and Mail, las estrategias de reducción de daños, como la legalización, la sustitución (o la prescripción) de opiáceos y los centros de inyección supervisada, han demostrado su eficacia en países como Portugal y Suiza.
La investigación revela que las cazoletas no están implicadas en la transmisión de este virus hepático, mientras que los filtros lo estarían en poca medida. los autores sugieren que los programas de acceso a jeringuillas, especialmente en aquellos programas con problemas de financiación, centren sus esfuerzos en la distribución de más jeringuillas con agujas fijas (tipo insulina) en lugar de parafernalia para la preparación de las drogas.