La edad media de acceso al móvil se sitúa en 9,8 años, según revela el primer estudio que se ha elaborado en la Comunitat Valenciana sobre prevención escolar de adicciones tecnológicas y juego patológico entre jóvenes de 14 a 19 años de esta autonomía.
Durante el juego intervienen el sistema de recompensa, que libera dopamina, un neurotransmisor asociado a mecanismos de recompensa y a los comportamientos adictivos. Además, están involucradas áreas del cerebro relacionadas con la memoria a corto plazo, con la visión, con la atención, con las funciones motoras, con las emociones y con la motivación.
Los juegos activos problemáticos más frecuentes son las máquinas recreativas con premio --comúnmente llamadas tragaperras--, seguidas de las salas recreativas y los bingos, según concluye el Estudio y análisis de los factores de riesgo del trastorno de juego en población clínica española 2017, coordinado por la Dirección General de Ordenación del Juego (DGOJ).
Aunque no existan estadísticas oficiales, las estimaciones son alarmantes y señalan que entre un 0,5% y un 2% de la población es adicta al juego en nuestro país. Lo más llamativo es que hay un cambio progresivo en el perfil del ludópata; son cada vez más jóvenes, tienen un mayor nivel de formación y un acceso fácil a múltiples propuestas en la red.
La consejera de Igualdad, Salud y Políticas Sociales, María José Sánchez Rubio, se ha reunido este miércoles con el presidente de la Federación Andaluza de asociaciones de Jugadores de Azar en Rehabilitación (Fajer), Francisco Abad Domínguez, para buscar estrategias que abunden en la necesidad de desarrollar nuevas fórmulas de prevención de la adicción al juego patológico.
Investigadores de la Universidad de Granada (UGR) han analizado las similitudes y diferencias psicológicas y de funcionamiento cerebral que existen entre las personas adictas a la cocaína y las que son adictas a los juegos de azar. Su trabajo ha determinado que las personas adictas al juego presentan anomalías en su funcionamiento cerebral, que afectan a su capacidad de tomar decisiones.