Un estudio financiado por el Ministerio de Sanidad concluye que el regreso de esta droga, anunciado por varios medios durante los últimos años, no tiene base empírica. Solo el 0,1% de los españoles han consumido la sustancia en los últimos 30 días, un dato que se mantiene estable desde 1995. Los fallecidos por la sustancia, las urgencias hospitalarias y los admitidos a tratamiento para desengancharse van a la baja desde hace años.
La empresa señalada como responsable de la crisis de opiáceos en EEUU se ha declarado en bancarrota, una estrategia para protegerse ante las demandas. Mediante este proceso, Purdue Pharma pretende convertirse en una organización sin ánimo de lucro y que sus futuras ventas financien el acuerdo al que espera llegar con los más de 2.000 demandantes, incluidos Estados, ciudades y ayuntamientos. Se acusa a Purdue Pharma de utilizar tácticas agresivas y engañosas para aumentar las ventas, así como de minimizar el riesgo de adicción.
Los condados donde los médicos obtuvieron más comidas, viajes y honorarios de consultoría de los fabricantes de opioides tuvieron mayores muertes por sobredosis que involucran los opioides recetados.
Las sobredosis de opiáceos mataron en 2016 a 115 personas al día, unas 80 de ellas causadas directamente por medicamentos legales para aliviar el dolor. El Congreso ataca a la DEA por no hacer nada cuando sabía que se estaba haciendo un uso fraudulento de los fármacos responsables de la epidemia. Los congresistas se preguntan por qué el número de opiáceos vendidos a farmacias, clínicas y hospitales se multiplicó por cuatro entre 1999 y 2010.
La fotógrafa Nan Goldin declara la guerra a la familia que está detrás de la invención de OxyContin y de la ingeniosa estrategia de marketing que convenció a los médicos de que la medicina era inofensiva. La familia Sackler ha ganado millones por la venta de Oxycontin, un opiáceo sintético que provoca adicción. La epidemia de opiáceos ha matado a más de 200.000 personas en EEUU, donde cuatro de cada cinco personas comienzan con analgésicos recetados.
La ciudad de Nueva York busca una compensación multimillonaria por los daños causados. Bill de Blasio, alcalde de la ciudad, dijo que el primer objetivo es salvar vidas ya que las muertes por sobredosis superan a la suma de las muertes por homicidios y a los accidentes de tráfico. Para prevenir las sobredosis estiman un coste de 500 millones anuales, por lo cual demandan a las farmacéuticas para que contribuyan a reparar el daño.
La idea de que las fuerzas de seguridad ayudaron a propagar el 'caballo' en Euskadi, Cataluña y los barrios marginales por motivos políticos forma parte del imaginario colectivo. Los expertos no se ponen de acuerdo.
Según un editorial del diario canadiense The Globe and Mail, las estrategias de reducción de daños, como la legalización, la sustitución (o la prescripción) de opiáceos y los centros de inyección supervisada, han demostrado su eficacia en países como Portugal y Suiza.