Los cigarrillos electrónicos son casi dos veces más efectivos que los tratamientos de reemplazo de nicotina, como parches y chicles, para ayudar a los fumadores a dejar de fumar, según las conclusiones de un estudio clínico realizado por la Universidad Queen Mary de Londres, en Reino Unido.
El Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social ha publicado un informe en el que alerta de que los productos de tabaco por calentamiento (PTC), como por ejemplo 'Iqos', 'Glo' o 'Ploom', son "peligrosos para la salud" y recuerda que no hay evidencia científica suficiente como para asegurar que son menos nocivos que los cigarrillos convencionales, ni para los que los consumen, ni para los que están expuestos a sus emisiones.
El uso de cigarrillos electrónicos aumenta las probabilidades de sufrir un derrame cerebral, un ataque cardíaco y una enfermedad coronaria, según una investigación preliminar que se presentará en Honolulu en la Conferencia Internacional de Accidentes Cerebrovasculares de la American Stroke Association 2019, un evento mundial para investigadores que se celebra del 6 al 8 de febrero en Hawaii (EEUU).
En una declaración publicada en el 'European Respiratory Journal,' una coalición de médicos del aparato respiratorio y científicos de los seis continentes advierte sobre los peligros que representan para los niños y adolescentes los cigarrillos electrónicos. Dicen que hay una creciente evidencia de que los cigarrillos electrónicos (e-cigarrillos) dañan la salud y son altamente adictivos, pero que los fabricantes los están comercializando como cigarrillos "más saludables" y su popularidad entre los jóvenes está creciendo.
La distribución por las empresas de los parches y chicles de nicotina o, incluso, de los cada vez más populares cigarrillos electrónicos no ayuda a que sus trabajadores dejen de fumar.
Un nuevo estudio realizado por investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Carolina del Norte (UNC, por sus siglas en inglés), en Estados Unidos, muestra que los líquidos empleados en los cigarrillos electrónicos (e-cigarrillos) están lejos de ser inofensivos y contienen ingredientes que pueden variar ampliamente de un tipo de cigarrillo electrónico a otro.
Un análisis de datos de un estudio previo de más de 1.350 fumadores que intentaban dejar el tabaco después de una hospitalización encontró que aquellos que informaron de haber usado cigarrillos electrónicos (e-cigarrillos) durante el periodo de estudio tenían menos probabilidades de haber dejado de fumar exitosamente seis meses después de entrar en el estudio.
Los cigarrillos electrónicos son utilizados con mayor frecuencia por personas que recientemente dejaron de fumar y bebedores de alcohol, según una investigación preliminar presentada en las Sesiones Científicas 2017 de la Asociación Americana del Corazón, que se celebran en Anaheim, California, Estados Unidos.