El deseo innato de drogarse va más allá de la recompensa inmediata que ofrecen sustancias como la heroína o la cocaína. La inclinación por los viajes psicodélicos ha tenido una razón más profunda y evolutiva, basada en la disolución de los límites individuales y la necesidad de trascendencia.
"la precariedad laboral, el estigma asociado a la adicción o la falta de acceso estable a la atención médica" son factores "negativos" para esta población.
Muchos de los videojuegos más populares cuentan con cajas de recompensa para incentivar a invertir dinero a cambio de recibir una selección aleatoria de artículos del juego.