Un grupo de científicos emplea las últimas técnicas de biología estructural y computación para utilizar el potencial de sustancias como el LSD frente a enfermedades mentales, limitando sus efectos nocivos
El consumo de psicodélicos, incluyendo hongos alucinógenos, era una actividad de los Aztecas de más alto nivel para poder conectarse con los dioses. Su importancia podría revelar más sobre el desarrollo de los mitos de ese entonces, y la vida de los Aztecas antes de la invasión europea.
Antes de que se prohibieran hace aproximadamente medio siglo, las drogas psicodélicas como el LSD y la psilocibina eran prometedoras para tratar afecciones como el alcoholismo y algunos trastornos psiquiátricos.
Ayahuasca, microdosis de LSD, psilocibina... las drogas psicodélicas gozan de una nueva vida con fines terapéuticos medio siglo después de la explosión ‘hippie’. Varios libros relatan este resurgir.
Las drogas psicodélicas también pueden tener poderes que alteren la mente en el sentido físico. Un nuevo estudio, publicado este martes (día 12) en la revista 'Cell Reports', descubrió que las drogas psicodélicas, específicamente DOI, DMT y LSD, pueden cambiar las células cerebrales en ratas y moscas, haciendo que las neuronas tengan más probabilidades de ramificarse y conectarse entre sí. El trabajo respalda la teoría de que los psicodélicos podrían ayudar a combatir la depresión, la ansiedad, la adicción y el trastorno por estrés postraumático.
Las drogas psicodélicas, tras ser prohibidas, despuntan de nuevo como posibles tratamientos, después de varias décadas en el ostracismo. Las drogas psicodélicas, tras ser prohibidas, despuntan de nuevo como posibles tratamientos, después de varias décadas en el ostracismo. El consumo de LSD "en un entorno terapéutico puede ser beneficioso para pacientes con ansiedad asociada con enfermedad grave, depresión o adicción", concluye una reciente revisión de estudios.