Estudios epidemiológicos muestran una asociación entre esta sustancia y el uso posterior de drogas más duras, así como un incremento de enfermedades psiquiátricas como, por ejemplo, la esquizofrenia.
Un estudio llevado a cabo por el Hospital del Mar sobre el uso de ambas sustancias en los últimos 38 años revela que las primeras experiencias, tanto en cannabis como en cocaína, suelen darse en jóvenes entre 15 y 19 años.