A pesar de su potencial, el uso de la psilocibina no está exento de riesgos, especialmente para aquellas personas con antecedentes de trastornos mentales.
La Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC) reclama estrategias desmedicalizadoras para reducir el uso prolongado de benzodiacepinas en la población ante problemas de ansiedad o insomnio, sobre todo en población adolescente, donde se ha incrementado en la era post pandemia.
Un equipo de investigadores ha demostrado que los fármacos psicodélicos favorecen la creatividad y analizan su potencial como posible terapia contra la ansiedad y la depresión, según un estudio presentado en el simposio sobre psicodélicos y cognición en la reunión anual de la Sociedad de Neurociencia Cognitiva (CNS) norteamericana.
Algunas variaciones genéticas, incluso las que están alejadas del sitio de unión, alteran la forma en que el receptor interactúa con las drogas psicodélicas.
MDMA para el tratamiento de la ansiedad social, alcoholismo y estrés postraumático; psilocibina para la anorexia, depresión y alcoholismo; DMT para la depresión y el alcoholismo y CBD para la ansiedad