Las adicciones marcaron la década de los ochenta en Madrid y propiciaron la creación de la Red Municipal de Atención a las Drogodependencias, origen de los actuales Centros de Atención a las Adicciones (CAD). El consumo de alcohol estaba entonces plenamente normalizado y ni siquiera se consideraba una adicción. La cocaína empezaba a expandirse entre los jóvenes y la epidemia de heroína ya era una realidad. Las familias carecían de recursos y los CAD surgieron para cubrir una necesidad pública urgente.
Los efectos de aquel daño siguen presentes. En fenómenos así, la evolución de las cifras es un indicador de la magnitud del problema. En los últimos cinco años, se han producido casi 120.000 ingresos (una persona puede realizar varios) en los servicios públicos de la capital.



