La producción de tabaco tiene un impacto directo sobre la deforestación, el empobrecimiento y la explotación de grupos socioeconómicos ya necesitados, la contaminación del agua, el cambio climático, la gestión de residuos y, aunque parezca mentira, la explotación infantil en el trabajo.
La Organización Mundial de Salud critica que se utilice el agua y las tierras de países de ingresos bajos y medios, donde se cultiva la mayor parte del tabaco, para este fin en vez de para producir alimentos necesarios para la zona.
El programa de consumo supervisado de drogas en la prisión de Drumheller, de Canadá, funciona desde junio de 2019 y sigue siendo el único que opera en Canadá y en todo el mundo.
La propuesta de regulación dibuja un sistema limitado al sistema público, deja fuera a las oficinas de farmacia, lo que puede empujar a algunos usuarios al mercado negro, e incluye las fórmulas magistrales que pedían los pacientes, pero excluye la inhalación de cogollos