Enterrados hace más de 1.000 años en la península de Yucatán, en México, una de las aficiones más extendidas entre los antiguos mayas era echar una calada de vez en cuando. La palabra cigarro, por ejemplo, probablemente deriva de sik’ar que significa fumar en idioma maya.
Una conocida estela del siglo X muestra a un sacerdote fumando, precisamente, un rollo de tabaco. En América, su uso no era solo ritual, sino también terapéutico e incluso servía para sellar acuerdos de paz. Lo que no se sabía hasta ahora es que los mayas también eran aficionados a otros tipos de drogas.