La eficacia de las nuevas leyes contra el consumo abusivo de alcohol o la expansión de las drogas de síntesis entre la juventud pasa por un «cambio de mentalidad» y de «hábitos», que se debe poner de manifiesto en actitudes como exigir de forma sistemática el DNI a posibles menores de edad, según subraya el catedrático de Psicología Clínica de la USC Elisardo Becoña.
Este experto en tabaquismo y alcoholismo señaló que «el problema fundamental» de las legislaciones en este ámbito, como la que acaba de aprobar el Consello de la Xunta, es que «no siempre se terminan cumpliendo», ya que chocan con pautas de inspección insuficientes y con una serie de vicios adquiridos en el entorno social.
«Más que el nivel normativo de la ley, que puede significar un endurecimiento, lo que la hace realmente mejor es el nivel de cumplimiento, y en este país hay todavía una gran permisividad a la hora de permitir la venta de alcohol a menores».
Así, apunta Becoña que un acto «imprescindible» y que ya aparecía en legislaciones anteriores, tanto de ámbito nacional como autonómico, es pedir el carné de identidad a las personas posiblemente menores de edad que se presentan en un establecimiento para adquirir bebidas alcohólicas, o bien que intentan entrar en un pub o una discoteca. Sin embargo, tal práctica nunca ha existido de forma generalizada.
Para el catedrático un cambio de mentalidad social es fundamental ante el consumo abusivo en fin de semana de alcohol, debido a que éste no es una circunstancia aislada, sino obedece a un «cambio sociológico» que ha supuesto una transformación importante de «los patrones de diversión», y en el que «el poder de la publicidad ha sido decisivo». Sobre la influencia de la publicidad insiste en un ejemplo, y es el hecho de que casi la totalidad de las bebidas alcohólicas consumidas por los jóvenes los fines de semana son «destilados de importación.
