Esta sustancia consigue reducir la sensación de placer al fumar al inhibir el sistema de recompensa cerebral, disminuyendo el síndrome de abstinencia. Unas 70.000 personas podrían beneficiarse de la financiación de este fármaco desde el 1 de enero de 2020, una decisión que forma parte de un plan para reducir el consumo de tabaco. Los especialistas recuerdan que no es una pastilla mágica para dejar el tabaco sin esfuerzo, y la Organización Médica Colegial critica que solo se financie este medicamento.
Se trata del principio activo de la Vareniclina, cuya marca comercial de referencia es 'Champix'. Según la ministra de Sanidad, "es cuestión de semanas que entre en la cartera de servicios".
Uno de cada cinco cánceres en personas con el VIH de EE UU se asociarían al tabaquismo. Vareniclina se revela como una opción segura y con cierta eficacia, aunque el apoyo de un buen terapeuta con experiencia tanto en la deshabituación como en el VIH parece esencial para el éxito de los programas de deshabituación tabáquica.
La deshabituación tabáquica supone unos beneficios muy notables sobre la esperanza de vida por lo que deberían promocionarse los programas para dejar de fumar en esta población. Entre las personas con el VIH, el consumo de tabaco es superior al de la población general. El equipo de investigadores estima que el impacto del consumo de tabaco sobre la causa de muerte se hará cada vez más patente a medida que esta población de personas con el VIH envejezca.