Las drogas psicodélicas también pueden tener poderes que alteren la mente en el sentido físico. Un nuevo estudio, publicado este martes (día 12) en la revista 'Cell Reports', descubrió que las drogas psicodélicas, específicamente DOI, DMT y LSD, pueden cambiar las células cerebrales en ratas y moscas, haciendo que las neuronas tengan más probabilidades de ramificarse y conectarse entre sí. El trabajo respalda la teoría de que los psicodélicos podrían ayudar a combatir la depresión, la ansiedad, la adicción y el trastorno por estrés postraumático.
Ingenieros de la Universidad de California (UC) en San Diego, Estados Unidos, han desarrollado un biosensor inyectable en miniatura de potencia ultrabaja que podría utilizarse para el control continuo del alcohol a largo plazo. El chip es lo suficientemente pequeño como para ser implantado en el cuerpo justo debajo de la superficie de la piel y es alimentado de forma inalámbrica por un dispositivo portátil, como un reloj inteligente o un parche.
Un estudio estadounidense evaluará la viabilidad de tomar dicha droga psicodélica junto a unas sesiones de psicoterapia grupal en personas que llevan muchos años viviendo con el VIH. El objetivo del tratamiento con psilocibina junto a la terapia grupal puede ayudar a las personas a sanar, pero también a construir cohesión y apoyo mutuo entre los miembros del grupo. La psilocibina puede ser útil para las personas que necesitan o desean procesar su experiencia o emociones vividas de modo más pleno.
El uso de cigarrillos electrónicos, cachimbas, cigarrillos de tabaco no combustible o tabaco sin humo por parte de los adolescentes se asocia con el hecho de comenzar a fumar cigarrillos convencionales en un año, según concluye una investigación cuyos resultados se publican en 'JAMA Pediatrics'.
El trabajo, publicado en la revista 'Addiction Research & Theory', es el primero en documentar que el tabaco acompañado de alcohol proporciona a los fumadores una mayor percepción de recompensa que cuando los fuman con marihuana, lo que podría llevarles a consumir más ambas sustancias.
Una investigación publicada en "Plos One" por un equipo de la Universidad de California, en Estados Unidos, muestra en ratones la incidencia del humo de tercera mano (humo exhalado en ropa, cabello, casas y automóviles). La exposición a la toxina THS causa resistencia a la insulina, un precursor de la diabetes tipo 2 y se ha demostrado que el THS daña el hígado y los pulmones, complica la cicatrización de heridas y causa hiperactividad.