Las personas con VIH tienen un riesgo significativamente elevado de enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) y tos, enfermedad cardiaca, mortalidad por embarazo y sepsis, anemia y fracturas óseas, según un estudio publicado en la revista 'Clinical Infectious Diseases'.
La Naltrexona de liberación prolongada favorecería el control del VIH en personas dependientes de opioides o alcohol y privadas de libertad. El momento de la excarcelación puede llevar a recaídas y, en consecuencia, a problemas de adherencia al tratamiento antirretroviral. Las políticas de salud pública deberían poner en el centro de sus actuaciones a las personas con el VIH que están en situación más vulnerable.
Localizar, diagnosticar y mantener aferradas a los tratamientos a las personas con el virus son algunos de los grandes retos que se plantean los diferentes gobiernos.
Un tratamiento antirretroviral administrado a los niños justo en el momento del nacimiento permite reducir el contagio de la infección por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH).
Además, abogan por la posibilidad de retrasar el inicio de la terapia en estos pacientes, según una de las conclusiones del "III Encuentro Internacional sobre tratamiento, patología y farmacología del VIH".
Aunque se trata de una estrategia que ha funcionado en pacientes tratados con éxito, empeora el estado de los pacientes portadores de cepas multirresistentes.