Un estudio realizado por la Asociación Juguesca determina que el 40% de las personas adictas al juego ha pensado en el suicidio. El 80% de los jugadores que llegan al centro de tratamiento son varones.
El perfil del paciente corresponde al género masculino, con una media de edad de 38, casado o separado, consumidor de alcohol u otras drogas y adicto a las máquinas tragaperras.