En su día eran tabú. Ahora, los psicodélicos son objeto de numerosas investigaciones como herramienta efectiva contra las adicciones, el estrés postraumático o la depresión. Una línea más reciente de investigación gira en torno a las microdosis: tomar una cantidad muy pequeña de un alucinógeno para obtener un efecto sutil, la opción preferida —aunque por el momento no legal— de cada vez más usuarios.
La ministra de Sanidad, Carolina Darias, ha defendido la necesidad de trabajar en un contexto de colaboración internacional y reforzar el marco legal común para hacer frente a la problemática de los estupefacientes.
Peter McKenna, investigador del CIBERSAM perteneciente al grupo coordinado por Edith Pomarol en FIDMAG Hermanas Hospitalarias, ha participado en una revisión exhaustiva sobre esquizofrenia que se ha publicado en la revista científica 'The Lancet'.
El ministerio federal de Salud reconoce con esta medida los beneficios terapéuticos de sustancias como la psilocibina y el MDMA. Podrán solicitarlas los médicos para algunos pacientes
"Mis experiencias y las de mis pacientes parecen estar más en línea con la forma en que los escritores de los siglos XVI y XVII describieron la adicción: una elección desordenada, decisiones que salieron mal"
MDMA para el tratamiento de la ansiedad social, alcoholismo y estrés postraumático; psilocibina para la anorexia, depresión y alcoholismo; DMT para la depresión y el alcoholismo y CBD para la ansiedad
El aumento del tiempo que los menores han dedicado, durante el confinamiento, a las pantallas de los móviles, a la televisión u ordenadores, ha sido relacionado con un peor estado mental, según ha recogido un estudio canadiense.
El término “trastorno por uso de sustancias” mezcla inapropiadamente los problemas de salud mental con el uso y o la dependencia de drogas y produce el efecto de alienar a las personas que usan drogas y que no confundirían su uso de drogas con ninguna forma de “trastorno”.