Lucen como coloreados paquetes inofensivos de incienso o sales de ba-ño en los mostradores de tiendas, estaciones de servicio o sitios de Internet. En realidad son drogas con peligrosos efectos que nadie hasta ahora puede predecir.
El «Hanibal Lecter», que comió la cara a un vagabundo en Miami, iba bajo los efectos psicóticos de la «Ivory wave» una droga sintética, conocida en España como «sales minerales».