El racismo sistémico y las asociaciones duraderas y dañinas y degradantes de la negritud con la delincuencia, también dan forma a las interacciones de los afrodescendientes con los agentes del orden y el sistema de justicia penal.
Médicos del Mundo publica un detallado informe sobre los daños en la salud física y mental que provoca la política de contención en insalubres campamentos y centros improvisados desde Canarias a Melilla.
La aplicación de las leyes de la prohibición de la marihuana son responsables de más de medio millón de arrestos en los Estados Unidos cada año. Las personas racializadas se ven afectadas de manera desproporcionada, y las personas negras tienen específicamente cuatro veces más probabilidades de ser arrestadas por posesión de marihuana que las personas blancas a pesar de que las tasas de consumo son iguales.
"Estuve demasiado ocupado durante demasiado tiempo atrapado en la causa de probar lo dañino que es el consumo de drogas para el cerebro. [...] El hecho es que nosotros, como investigadores, exageramos constantemente los efectos nocivos del consumo de drogas."
Nuestra relación al castigo, a la supremacía blanca y al racismo anti-negros se intersectan. Desde una lógica carcelaria, “los criminales” merecen ser castigados. Pero la negritud siempre es criminal a priori. En lugar de apoyarse en hechos concretos relacionados con las drogas, la adicción y la criminalidad, las políticas de drogas están siendo moldeadas por ideas y falsos conceptos que se fundamentan en juicios morales y lógicas racializadas sobre “los criminales”. Esto es perjudicial para todos, y especialmente para las comunidades negras.