Por su progresiva “normalización”, lo cual está derivando en un “uso” e incluso un “abuso” por parte de población cada vez más joven y se dispensa en las farmacias
El 34% reconoce que tiene algún problema de salud mental, lejos del 26% de los suizos o franceses y mejor que el 40 % de los norteamericanos o el 37% de los británicos