Me contactó a principios de mayo Teresa Morales para hacerme unas preguntas para la revista Buena vida, de El País, sobre el efecto de las subidas del precio del alcohol y medidas similares en el consumo. Con mis respuestas y otras elaboró el artículo ¿Qué pasaría si subiéramos el precio del alcohol?, que se publicó el domingo 17 de junio. Reproduzco aquí todas mis respuestas.
En el marco del Día Internacional de la Prevención del uso de sustancias peligrosas, se busca que se genere un diálogo sobre las mejores estrategias para frenar este problema entre las familias, profesorado y adultos responsables del cuidado de niños, niñas y adolescentes.
La semana pasada la Organización Mundial de la Salud (OMS) presentó la undécima edición de la Clasificación Estadística Internacional de Enfermedades y Problemas Relacionados con la Salud (CIE-11), después de 28 años desde la anterior edición CIE-10. Esta nueva versión será presentada en mayo de 2019 ante la Asamblea Mundial de la Salud.
Un nuevo estudio llama la atención sobre un apartado olvidado de la Comisión, que de haber sido más influyente, podría haber cambiado la historia del último medio siglo. La historia podría haber sido diferente si en 1967 las propuestas de la Comisión basadas en prevención y tratamiento se hubiesen considerado.
Estar expuesto al humo del tabaco aumenta en un 30% el riesgo de muerte cardiovascular. En el primer año de abandono, el riesgo se reduce a la mitad y a los cinco años se acerca al de los que nunca han fumado, además, en el caso de las personas que han sufrido ya un infarto y dejan el tabaco ven reducida su mortalidad en un 36% a los dos años.
Se suma a la campaña 'El tabaco rompe corazones' para concienciar de las graves repercusiones cardiovasculares de su consumo. El acto central de la jornada estará presidido por la consejera de Sanidad, tendrá lugar en el Paraninfo de la Universidad de Cantabria (UC) e incluirá la entrega de diplomas de la Red Cántabra de Centros Sanitarios Sin Humo.
La investigación abre vías para generar estrategias de prevención, así como diseñar fármacos y terapias que mejoren la vida de las personas con esta enfermedad. El objetivo final es identificar la la existencia de cambios moleculares similares en personas que consumen cannabis para poder relacionarlos con el riesgo de desarrollo de psicosis o esquizofrenia y, por otro, generar nuevos fármacos que mejoren la sintomatología de los pacientes con esquizofrenia.