Un reciente informe señala que, si no se cambia la legislación actual, será muy difícil reducir el número de mujeres provenientes de sectores marginales de Bolivia que están presas por delitos menores relacionados con drogas.
El país norteamericano se convierte en el primer país del G7 que liberaliza el uso de la marihuana e inaugura una industria con dividendos multimillonarios.
El pasado martes, 2 de octubre, la Conferencia sectorial sobre Drogas (máximo órgano de decisión política del Plan Nacional sobre Drogas, conformado por representantes de distintos ministerios), aprobó el Plan de Acción sobre Adicciones 2018-2020, un documento a través del cual se definen las áreas de actuación que se emprenderán en los próximos dos años en el Plan Nacional sobre Drogas.
La Oficina de la ONU contra la Droga y el Delito (UNODC) publicó su informe anual en el que se destacan 3 tendencias: crisis de opioides, abuso de medicamentos y niveles récords de opiáceos y cocaína a nivel mundial.
Muchas de las medidas y propuestas de nuestro país son pioneras a nivel internacional, pero se nos olvida cuando se habla de países de referencia como Portugal o Uruguay.
El cultivo de opio genera 590.000 empleos en el país, una cifra muy superior a toda la fuerza del Ejército y la Policía del país, compuesta por 313.728 personas. Los cultivos ocupan la extensión equivalente a cinco veces la ciudad de Madrid o 32 la de Barcelona.
Una bebida energética “promedio” contiene en torno a 80 mg de cafeína por porción de 250 ml, frente a los aproximadamente 30 mg de una taza de té o los 90 mg de un café.
La orden de EEUU de bloquear todos los petroleros venezolanos sancionados, ha elevado la tensión en la zona, poniendo en peligro la estabilidad regional y los intereses españoles.