Uno de cada cinco tweets que habla sobre la hipótesis de la nicotina también lo extrapola a un beneficio potencial de fumar o vapear para COVID-19. Y que los perfiles identificados como pro-vapeo a partir de sus biografías de Twitter pese a representar el 7 % de los perfiles eran responsables del 20 % de las publicaciones al respecto.
El jefe del Servicio de Neumología de MD Anderson Cancer Center Madrid, el doctor Allan Sam, ha rechazado el uso del cigarrillo electrónico como un método para dejar de fumar, ya que "es un error con consecuencias graves para la salud", además de que la mayoría de esos dispositivos contienen más nicotina que el tabaco normal, lo que genera más adicción y dependencia cuando se intenta dejar.
Dejar de fumar no es una tarea fácil ya que estamos hablando de una adicción. El fumador sabe que es un adicto, igual que sabe que el tabaco es perjudicial para su salud y para la salud de los que le rodean. De hecho, la mayoría de los fumadores se ha planteado dejarlo en alguna ocasión pero no ha encontrado la forma, el momento o el apoyo más adecuado.
Un reciente estudio sobre vapeo del Servicio Público de Salud de Inglaterra (PHE, por sus siglas en inglés) sostiene que el uso del cigarrillo electrónico como herramienta para dejar de fumar en las unidades locales antitabaquismo obtuvo las tasas más altas de éxito en 2019 y 2020, con un 59,7 y un 74 por ciento respectivamente, mostrándose como la mejor terapia de reemplazo de la nicotina.
Investigadores de la Facultad de Medicina de Penn State y de la Universidad de Duke (Estados Unidos) han evidenciado que muchas personas que fuman de uno a cuatro cigarrillos al día o menos, cumplen con los criterios de la adicción a la nicotina y, por tanto, deben ser considerados para tratamiento.
Los residuos que quedan en el ambiente y en las superficies interiores debido al humo del tabaco también podría ser perjudiciales para la salud, según un estudio liderado por la Universitat Internacional de Catalunya (UIC Barcelona), que ha detectado niveles de cotinina cuantificables en la saliva de las personas expuestas a estos residuos.
Un estudio realizado por la Unidad del Control del Tabaco del Instituto Catalán de Oncología (ICO)-Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (IDIBELL), ha confirmado que el consumo de las pipas de agua, conocidas popularmente como 'cachimbas' o 'shishas', y la exposición pasiva a su humo son tan nocivas como el tabaco convencional.
La Comisión Asesora COVID-19-OMC, puesta en marcha por el Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos (CGCOM), ha hecho público su quinto 'Informe, en este caso sobre tabaco y COVID-19', en el que reclama a los poderes públicos que fomenten los cambios necesarios para avanzar en las políticas antitabaco, como parte del impulso para crear una nueva normalidad que defienda a la población de la pandemia.