El abuso de sustancias no es un simple problema de química cerebral, las influencias más fuertes están fuera de la cabeza. El cerebro y el comportamiento son producto de múltiples influencias que interactúan entre sí y las más poderosas de ellas están fuera de la cabeza y, por tanto, fuera de nuestro control individual.
El cannabis (extraído de las plantas Cannabissativa y Cannabisindica) está aumentando su consumo para fines médicos y lúdicos a pasos agigantados. Teniendo en cuenta la producción creciente de nuevas formas de cannabis y la escasa regulación que existe en el mercado sobre la oferta disponible es esencial que estemos informados sobre la base científica y los datos con los que se cuenta sobre los efectos de los cannabinoides.
Un artículo publicado en ‘Adicciones’, la revista científica de SOCIDROGALCOHOL (con factor impacto de 2’021), destaca el deterioro cognitivo en la dependencia alcohólica.
Los adolescentes adictos a los móviles e internet sufren un desequilibrio en los niveles de neurotransmisores implicados en la regulación de distintas funciones cerebrales.
Así lo advierte un artículo de revisión, publicado recientemente en la revista The Lancet Psychiatry este año 2015, y que lleva por título The brain disease model of addiction:is it supported by the evidence and has it delivered on its promises? (El modelo de enfermedad cerebral de la adicción: ¿está apoyado por la evidencia y ha cumplido sus promesas?).
Un estudio muestra que la administración de psilocibina provoca patrones de actividad cerebral muy similares al de los sueños. La investigación con sustancias psicodélicas podría ayudar a entender mejor el cerebro