La mitad de los pacientes dados de alta de urgencias sólo necesitan cinco comprimidos o menos de morfina 5 mg o un analgésico opiáceo equivalente, según un nuevo estudio presentado en el Congreso Europeo de Medicina de Urgencias.
El tratamiento crónico con opioides, como la morfina, antes de un evento traumático puede elevar el riesgo de sufrir trastorno de estrés postraumático (TEPT) posteriormente, según un estudio en ratones publicado en la revista 'Neuropsychopharmacology'. Los hallazgos pueden sugerir un posible mecanismo subyacente a la frecuente coexistencia del TEPT y la dependencia de opiáceos.
En el libro “Écrits stupéfiants” (escritos estupefacientes), la francesa Cécile Guilbert investiga sobre la relación entre literatura y drogas. La ensayista pasó años estudiando los textos literarios en búsqueda de información sobre los productos consumidos por sus autores.
Un tratamiento combinado de morfina con cannabidiol aumenta "enormemente" el efecto analgésico de esta sustancia en modelos de ratón con dolor crónico, según explica el doctor Carlos Goicoechea, catedrático de Farmacología en la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid y secretario de la Sociedad Madrileña del Dolor.
La deshabituación de quien sufre adicción a estos fármacos incluye psicoterapia e introspección meditativa. "La principal dependencia de estos medicamentos no la crea su efecto calmante, sino el euforizante que los acompaña", explica Antoni Gual.
El siguiente vídeo, adaptado del original de la Oficina Pública de Información de Drogas y Alcohol de Irlanda, muestra que el tiempo que tardan en desaparecer las sustancias es diferente en sangre, orina, pelo y saliva. El cabello, por tanto, es el gran delator porque se puede detectar hasta pasados algunos meses.