El abuso crónico de esta sustancia cambia de forma significativa el funcionamiento del cerebro y puede provocar una pérdida extrema de peso, ansiedad, insomnio, comportamiento violento, e incluso paranoia, entre otros efectos nocivos para la salud.
Los costes derivados del abuso de esta sustancia ascienden a 18.000 millones de euros. Es la segunda droga más consumida en el mundo, después de la marihuana.
La orden de EEUU de bloquear todos los petroleros venezolanos sancionados, ha elevado la tensión en la zona, poniendo en peligro la estabilidad regional y los intereses españoles.
Varios países de la Unión Europea han implementado programas de naloxona como parte de estrategias de reducción de daños para prevenir muertes por sobredosis.