El estelar aumento de jóvenes adictos a la metanfetamina, droga que también es consumida por las amas de casa y profesionales, alarma a las autoridades de Tailandia, uno de los centros mundiales de distribución de estupefacientes.
El abuso crónico de esta sustancia cambia de forma significativa el funcionamiento del cerebro y puede provocar una pérdida extrema de peso, ansiedad, insomnio, comportamiento violento, e incluso paranoia, entre otros efectos nocivos para la salud.
Los costes derivados del abuso de esta sustancia ascienden a 18.000 millones de euros. Es la segunda droga más consumida en el mundo, después de la marihuana.