“Mientras el consumo aumenta en los sectores más vulnerables, el gobierno recorta los espacios donde muchos chicos y chicas encuentran refugio, acompañamiento y una salida posible”
Investigaciones presentadas en la COP11 muestran que los vapeadores, los productos de tabaco calentado y las bolsitas de nicotina no son libres de riesgo y pueden aumentar la adicción, especialmente entre jóvenes.
Una molécula ensayada en el Instituto de Neurociencias es capaz de disminuir el consumo de alcohol y la ansiedad en modelos animales. Actúa sobre el sistema endocannabinoide, clave para mantener la homeostasis cerebral, lo que permite recuperar el equilibrio de las señales cerebrales más relacionadas con el bienestar y la motivación.
Los resultados subrayan que dejar de beber no significa haberse recuperado de la adicción. Las huellas que deja el alcohol en el cerebro requieren estrategias de recuperación sostenidas en el tiempo