En 1990, un gramo de cocaína pura costaba en torno a 198 dólares en las calles de Estados Unidos. Diecisiete años después, ese mismo gramo costaba 98 dólares, un 80% menos.
Los traficantes, sean de la nacionalidad que sean, están mucho más allá de cualquier gobierno. Están muy por encima de las normas de la política: operan en países socialistas, capitalistas o de las ideologías más diferentes, como Estados Unidos, Venezuela, los rusos o gobiernos neoliberales.