Antes de que se prohibieran hace aproximadamente medio siglo, las drogas psicodélicas como el LSD y la psilocibina eran prometedoras para tratar afecciones como el alcoholismo y algunos trastornos psiquiátricos.
Las investigaciones sugieren que estas drogas pueden ayudar a tratar enfermedades tan comunes como la depresión, si se administran bajo supervisión médica.
En el libro “Écrits stupéfiants” (escritos estupefacientes), la francesa Cécile Guilbert investiga sobre la relación entre literatura y drogas. La ensayista pasó años estudiando los textos literarios en búsqueda de información sobre los productos consumidos por sus autores.
Tanto los adolescentes como los adultos son más propensos a probar drogas ilegales o recreativas por primera vez en el verano, según un estudio de investigadores de la Escuela de Medicina de la Universidad de Nueva York que publican en el 'Journal of General Internal Medicine'.