Uno de los problemas que ha traído consigo el confinamiento ha sido el abuso de las tecnologías de la información y de la comunicación (TIC), de los dispositivos electrónicos, vamos, como el móvil o la tableta, por parte de nuestros menores, cuando ya era de por sí un problema.
Expertos del Hospital Vithas Xanit Internacional y Vithas Málaga han advertido de que el uso excesivo de móviles y redes sociales delante de los hijos puede provocar que el grado de interés por la lectura "disminuya entre los más pequeños".
El 9,7% de los estudiantes del municipio jugó con dinero on-line el último año, un porcentaje que aumenta en el juego presencial hasta el 22,6. Madrid ha autorizado un programa de apoyo a la prevención de adicciones en adolescentes y jóvenes de la ciudad, que llevará a cabo Madrid Salud. Dispondrá de un gasto plurianual de más de 1,4 millones de euros y una duración de dos años.
Opinión de Eduard Casas i Bertet (Educador Social. Presidente de GASS). Reflexión sobre algunos aspectos que rodean al uso de la DMT, también conocida como la molécula de Dios.
El doctor en Psicología Social e investigador principal del grupo de Ciberpsicología de UNIR, Joaquín González Cabrera, explica cómo conseguirlo tras el exceso cometido durante el confinamiento
“La edad media de inicio del trastorno se sitúa entre los 18-30 años de edad y el curso tiende a ser crónico." Mónica Fraca Villar, psicóloga y psicoterapeuta, y directora del departamento de adultos, pareja y familia de Psicólogos Pozuelo (Madrid).
Jóvenes en proceso de rehabilitarse tras su adicción al juego explican cómo están tratando de superar su ludopatía en tiempos de coronavirus y confinamiento. Expertos advierten del riesgo de recaída. Las apuestas deportivas, a pesar del parón del deporte, siguen activas a través de la Liga bielorrusa o el ping pong.
Según una encuesta de la Unidad de Investigación 'Juegos y adicciones tecnológicas' de la Universidad de Valencia realizada entre más de 7.000 escolares valencianos entre 15 y 19 años, el 57 por ciento ha jugado alguna vez, y uno de cada cinco lo hace de manera habitual.