Son las conclusiones de uno de los estudios hechos públicos este miércoles por parte de la Asociación Española para el Estudio del Hígado (AEEH) y la Alianza para la Eliminación de las Hepatitis Víricas (Aehve).
Los programas de reducción de daños serían, junto al uso de antivirales de acción directa, piezas esenciales para lograr mejoras que conduzcan a dicho objetivo. En la Unión Europea, se calcula que en 2016 había un total de 3,6 millones de personas con infección crónica por hepatitis C.
La investigación revela que las cazoletas no están implicadas en la transmisión de este virus hepático, mientras que los filtros lo estarían en poca medida. los autores sugieren que los programas de acceso a jeringuillas, especialmente en aquellos programas con problemas de financiación, centren sus esfuerzos en la distribución de más jeringuillas con agujas fijas (tipo insulina) en lugar de parafernalia para la preparación de las drogas.
Un análisis retrospectivo mostró una alta tasa de curación de la hepatitis C en esta población cuando fue tratada con regímenes libres de interferón pegilado. Los hallazgos confirman que es viable priorizar a las personas usuarias de drogas para recibir tratamiento frente al VHC.
Un estudio puso de manifiesto los beneficios de ofrecer tratamiento temprano a las personas con hepatitis C que toman drogas por vía intravenosa. En Escocia, por ejemplo, más del 85% de las personas diagnosticadas con hepatitis C son usuarias de drogas inyectables.
El consumo de drogas inyectables es uno de los factores más frecuentes que provocan el virus de Hepatitis C (VHC) entre la población reclusa. Cataluña prevé acabar con la hepatitis C en sus prisiones para 2021.
En este reportaje de "El País" se resume la situación de las salas de consumo en Europa, específicamente en París, donde la elevada concentración de personas drogodependientes requiere una ampliación de estos servicios que ayudan a prevenir la mortalidad por sobredosis, facilitan el acceso al tratamiento y mejoran el impacto del consumo inyectado o fumado en la comunidad, entre otros beneficios.
Así concluye un estudio liderado por científicos españoles, que expone cómo esta terapia sustitutiva es menos necesaria en personas adictas no infectadas.