El perfil medio de los nuevos drodependientes canarios, esos 5.147 que en 2012 buscaron la asistencia de los distintos recursos que pone el Gobierno de Canarias a su disposición para combatir estas adicciones, es el de un varón español de 42 años de edad que no terminó la Secundaria, en la actualidad se encuentra desempleado, vive en una de las islas capitalinas y consume diariamente cannabis y alcohol.
Un estudio presentado en la Universidad de Deusto revela que su uso entre la población de entre 18 y 25 años viene marcado por los valores. Un 40% de estos consumidores se emborracha todos los fines de semana. El 25%, además, opta por el policonsumo y fuma cannabis a diario. La muestra se obtuvo zonas de marcha de Madrid, Valencia y Bilbao.
Un 18% de las personas con problemas de adicción que acudieron en 2012 a Proyecto Hombre presentaba alteraciones psiquiátricas relacionadas con el uso de estas sustancias.
Un estudio llevado a cabo por el Hospital del Mar sobre el uso de ambas sustancias en los últimos 38 años revela que las primeras experiencias, tanto en cannabis como en cocaína, suelen darse en jóvenes entre 15 y 19 años.
El 76,8% de la población afirma que nunca ha fumado un cigarrillo y el 9,7% de las mujeres confiesa tener este hábito. Sólo el 20% de los ciudadanos había bebido alcohol en el último año, frente al 65,6% del conjunto del país.
Entre 500 y 600 mil uruguayos aún fuman pero las últimas cifras muestran un descenso sostenido en todas las edades, sobre todo en los jóvenes de entre 12 y 17 años, donde la prevalencia se redujo de 30 a 13 % en 10 años.
Uno de cada tres que toman alcohol, cannabis u otras sustancias cree que no le perjudica. El abandono precoz de los estudios y el desempleo agravan los riesgos. El hijo de ‘botellón’, los padres en la inopia.
Según han expuesto líderes mundiales reunidos en la Universidad de Harvard (Estados Unidos) con motivo de la 'Governance of Tobacco in the 21st Century'.