La sabiduría popular enseña que quienes están tomando antibióticos deben abstenerse de beber alcohol. A veces se afirma que la combinación puede producir reacciones negativas, en otros casos se dice que la bebida reduce o anula la eficacia de la medicación. La ciencia aclara cuánto hay de cierto en esas creencias y qué sucede realmente cuando una persona ingiere ambas sustancias.
La Universidad Internacional de Valencia (VIU) celebró el pasado mes de noviembre en Valencia, concretamente del 14 a 16, el I Congreso Internacional de Psicología de la Salud, con el objetivo de generar un espacio en el que compartir y debatir sobre la promoción de la salud, desde la psicología clínica y neuropsicológica, así como desde las instituciones sociales, comunitarias y escolares.
El Grupo Español de Cáncer de Pulmón (GECP) ha solicitado a las autoridades sanitarias una regulación "más estricta" contra el tabaco, una política fiscal "más agresiva" contra este producto y la puesta en marcha de más recursos para ayudar a los fumadores a abandonar el hábito tabáquico.
Está dando mucho que hablar uno de los datos del informe EDADES 2017 (que estudia el consumo de drogas en la población española de 15 a 64 años): el incremento en el consumo diario de tabaco, superior actualmente al de 2006, año en el que entró en vigor la conocida como ley antitabaco, que se vio fortalecida en 2011.
Según los últimos datos de la Encuesta Edades, se estabiliza el consumo de casi todas las drogas en España, salvo el de tabaco y cannabis, que aumenta. El consumo diario de alcohol marca su mínimo histórico.
Me contactó a principios de mayo Teresa Morales para hacerme unas preguntas para la revista Buena vida, de El País, sobre el efecto de las subidas del precio del alcohol y medidas similares en el consumo. Con mis respuestas y otras elaboró el artículo ¿Qué pasaría si subiéramos el precio del alcohol?, que se publicó el domingo 17 de junio. Reproduzco aquí todas mis respuestas.
Una herramienta online y gratuita que detecte riesgos en el consumo de sustancias como alcohol, tabaco y otros estupefacientes. Este es el objetivo de una nueva aplicación, desarrollada por expertos de la Universidad Rey Juan Carlos, que podría utilizarse de forma orientativa en personas que habitualmente no acuden a las consultas de atención primaria.
El consumo de cannabis crece ligeramente en España ya que hasta el 7,3 por ciento de la población, unos 2,2 millones de personas de 15 a 64 años, afirma haberlo fumado en el último mes, en comparación con el 6,6 por ciento en 2013. Además, un 2,1 por ciento dice consumirlo a diario.