Un equipo internacional de investigación liderado por la Universitat Jaume I (UJI) ha demostrado que el cerebelo, al contrario de lo que se pensaba, cumple funciones que van más allá de la esfera motora y puede ser corresponsable de las alteraciones cerebrales asociadas al consumo adictivo de drogas.
Científicos de la Universidad de Australia Occidental han descubierto que las drogas de la familia de las anfetaminas, entre las que se encuentran el cristal, el 'speed' o el éxtasis, pueden acelerar el envejecimiento biológico del corazón con independencia de la salud cardiovascular de los consumidores.
Según los autores, estos resultados hacen más apremiante la necesidad de promocionar la reducción de riesgos en las prácticas sexuales entre las personas usuarias de esta droga.
"Youth in Iceland" es el programa gubernamental de Islandia que logró pasar de tener la población joven con más riesgos de Europa, a los adolescentes más saludables; reduciendo el consumo de alcohol de 48% al 5%, de tabaco del 23% al 3% y de marihuana del 17% al 7%.
Científicos de la Universidad de Columbia Británica (UBC), en Canadá, han diseñado genéticamente un ratón que no se convierte en adicto a la cocaína, lo que revela evidencia de que el consumo habitual de drogas es más una cuestión de genética y bioquímica que sólo una mala decisión.
El Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife ha presentado este lunes la campaña para la sensibilización y prevención sobre el consumo de drogas, bajo el lema 'En Carnaval no pierdas ni un segundo con las drogas', dirigida principalmente a los jóvenes entre 14 y 17 años.
El cannabidiol (CBD), un derivado del cannabis o marihuana, disminuye en un 45 por ciento la frecuencia y severidad de las crisis en pacientes con epilepsias graves, tal y como han mostrado dos ensayos clínicos.
El Centro Nórdico Cochrane (Nordic Cochrane Center) ha realizado una revisión sistemática de los estudios de investigación existentes respecto a los efectos secundarios de los antidepresivos. Según los resultados de dicha investigación, publicada en el Journal of the Royal Society of Medicine, los antidepresivos aumentaron significativamente el riesgo de síntomas de malestar que pueden ser precursores de conductas violentas y tendencias suicidas en voluntarios "sanos".