Una investigación realizada por un equipo de científicos dirigido por Steven Laviolette, de la Universidad de Western, en Canadá, ha contribuido a comprender mejor las formas en las que los opiáceos modifican los circuitos cerebrales para llevar al ciclo de la adicción.
El consumo de drogas se asocia a comportamientos que se caracterizan por la persistencia, la compulsividad y la falta de control a la hora de consumir una sustancia psicoactiva.
La dopamina desempeña un papel relevante en la regulación de los mecanismos adictivos a la cocaína y podría servir para el diseño de tratamientos para la adicción.