Una nueva investigación de la Universidad Hebrea de Jerusalén ha encontrado un vínculo entre fumar y la mala salud mental de los estudiantes, según publican sus autores en la revista 'PLOS ONE'.
Un estudio llevado a cabo en Reino Unido ha encontrado evidencia de que esta adicción aumenta el riesgo de trastornos mentales, pero también de que estos aumentan la probabilidad de fumar.
Las investigaciones sugieren que estas drogas pueden ayudar a tratar enfermedades tan comunes como la depresión, si se administran bajo supervisión médica.
El estudio científico más grande hasta la fecha ha concluido la no existencia suficiente de que el cannabis medicinal, tanto basado en cannabidiol (CBD) como en tetrahidrocannabinol (THC), alivie la depresión, los trastornos de ansiedad, el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), el síndrome de Tourette, el trastorno de estrés postraumático (TEPT) o la psicosis.
El aumento de los síntomas depresivos sería proporcional a la frecuencia de uso de metanfetamina. Según estos hallazgos, los investigadores sugieren que reducir el uso de sustancias y, en especial de metanfetamina, puede reducir los síntomas depresivos y otros problemas concomitantes como conductas sexuales de riesgo.
La depresión, el consumo de cannabis y el abuso de alcohol aumenta el riesgo de recaída entre los exfumadores, lo que podría amenazar el progreso en la reducción de la prevalencia del consumo de cigarrillos, según un estudio de la Columbia Mailman School of Public Health (Estados Unidos). El estudio se publicó en la revista 'American Journal of Preventive Medicine'.
Una investigación de la Universidad de Houston ha descubierto que los adultos que toman opioides recetados para el dolor intenso tienen más probabilidades de tener problemas de ansiedad, depresión y abuso de sustancias si también consumen marihuana.