Las personas con trastorno por consumo de opioides a quienes se les recetó una dosis más baja de buprenorfina tenían un 20% más de probabilidades de interrumpir el tratamiento que aquellos que recibieron una dosis más alta, según un estudio de pacientes a los que se les recetó buprenorfina en Rhode Island de 2016 a 2020, a medida que el fentanilo estuvo ampliamente disponible.
Investigadores del Hospital General de Massachusetts (EEUU) han concluido que la recuperación exitosa del trastorno por consumo de opioides puede requerir servicios médicos, psicológicos y de apoyo social más intensivos y durante un período de tiempo más largo que la recuperación del trastorno por consumo de alcohol.
Un tratamiento combinado de morfina con cannabidiol aumenta "enormemente" el efecto analgésico de esta sustancia en modelos de ratón con dolor crónico, según explica el doctor Carlos Goicoechea, catedrático de Farmacología en la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid y secretario de la Sociedad Madrileña del Dolor.