El investigador del Idibaps ha validado una escala que publica ‘The Lancet’ para determinar el riesgo de la población sana a desarrollar una enfermedad hepática crónica, una dolencia que suele permanecer silente hasta que está muy avanzada
Investigadores de la Universidad de California en San Diego (Estados Unidos) han demostrado que la reprogramación de la microbiota intestinal por el consumo de alcohol es causada por el acetato producido por el hígado que se difunde de nuevo en los intestinos, donde se convierte en una fuente de carbono para apoyar el crecimiento bacteriano.
Los pacientes con cirrosis asociada al alcohol tienen peores resultados después del alta de la UCI, en comparación con los pacientes con cirrosis relacionada con otras causas, según una nueva investigación de la Clínica Mayo (Minnesota, Estados Unidos). Estudio publicado en Mayo Clinic Proceedings.
El alcohol y otras sustancias tales como los opioides también tendrían un papel en dicha toxicidad. Los autores señalan que existen otros factores, no directamente relacionados con el VHC, que es probable que favorezcan la aparición de problemas renales, como el consumo de drogas y alcohol, la mala nutrición y los problemas relacionados con el VIH.
Un análisis retrospectivo mostró una alta tasa de curación de la hepatitis C en esta población cuando fue tratada con regímenes libres de interferón pegilado. Los hallazgos confirman que es viable priorizar a las personas usuarias de drogas para recibir tratamiento frente al VHC.
Según la Encuesta Domiciliaria sobre Alcohol y Drogas en España, el alcohol sigue siendo la droga más consumida (el 76% dice haberlo consumido en el último año) y el inicio de consumo se sitúa de media en los 16,7 años de edad.