Los expertos recuerdan que la edad media de inicio en el consumo de cigarrillos en España es de 13,9 años. Además, constatan una permisividad en los espacios públicos. La presidenta de la CNPT apunta que poner una cajetilla cara es un elemento disuasorio entre el público más joven, a diferencia de otros mensajes de salud que no calan entre estas personas.
Con motivo del Día Mundial del Medio Ambiente que se celebra este lunes, 5 de junio, SEPAR recuerda que cada año se consumen 6 trillones de cigarrillos y en el 64 por ciento de los casos se tiran al suelo de calles, parques, ríos, bosques o playas, lo que equivaldría a unos 4,5 trillones de colillas.
Así se desprende de un estudio liderado por el profesor Esteve Fernández, director del centro colaborador de la OMS para el control del tabaco del Instituto Catalán de Oncología (ICO) e investigador del ICO-Idibell, y cuya primera autora es Xisca Sureda, de la Universidad de Alcalá de Henares, y en el que ha colaborado el Instituto del hospital del Mar de Investigaciones Médicas (Imim).
La Comisión Europea envió la semana pasada a España un ultimátum para que cumpla en dos meses la nueva normativa de regulación de venta de tabaco, que principalmente endurece las reglas para fabricar, producir y presentar las formas de presentación de estos productos (cigarrillos, tabaco de liar, tabaco de pipa, puros, puritos, tabaco de uso oral, cigarrillos electrónicos, etc.).
La iniciativa fue lanzada por Australia, Francia, Gran Bretaña, Hungría, Irlanda, Noruega, Nueva Zelanda, Suecia y Uruguay. Con esta medida, los atados de cigarrillos no tienen logotipo y son de forma idéntica, mismo tamaño y mismo color. La única diferencia entre los paquetes será el nombre de la marca, que aparecerá escrito con pequeños caracteres.
Por cada peso que se recauda en impuestos al cigarrillo se gastan $8 para tratar las enfermedades que produce. La OMS recomienda subir los impuestos y gremios se oponen en Colombia.
Reynolds American presentó un cigarrillo que calienta el tabaco en lugar de quemarlo, con la esperanza de capitalizar la creciente búsqueda de alternativas frente a los cigarrillos tradicionales.