Investigadores estadounidenses han observado que usar cigarrillos electrónicos y continuar fumando tabaco está relacionado con un mayor riesgo de desarrollar síntomas respiratorios como tos y sibilancias, en comparación con si solo hicieran una de las dos cosas.
Baja el consumo de todas las drogas durante la pandemia, excepto el consumo de hiponosedantes con o sin receta. Las apuestas online también aumentan entre jóvenes menores de 25 años, incluidos menores de edad.
Un reciente estudio sobre vapeo del Servicio Público de Salud de Inglaterra (PHE, por sus siglas en inglés) sostiene que el uso del cigarrillo electrónico como herramienta para dejar de fumar en las unidades locales antitabaquismo obtuvo las tasas más altas de éxito en 2019 y 2020, con un 59,7 y un 74 por ciento respectivamente, mostrándose como la mejor terapia de reemplazo de la nicotina.
Un 57% de los consumidores europeos de cigarrillos electrónicos han utilizado estos dispositivos para dejar o reducir su consumo de tabaco, como principal motivo de su uso, según el último Eurobarómetro realizado por la Comisión Europea.
Hay bastante unanimidad por parte de los profesionales de la salud a favor de la prohibición de todas las formas de publicidad y promoción de estos dispositivos para evitar crear nuevos adictos a la nicotina y efectos en la salud evitables en población joven y en no fumadores
Fumar tabaco además de usar cigarrillos electrónicos da como resultado efectos nocivos para la salud similares a fumar cigarrillos exclusivamente, según una nueva investigación publicada en la revista insignia 'Circulation de la American Heart Association'.
Las autoridades sanitarias de Nueva Zelanda han introducido los cigarrillos electrónicos en un nuevo marco normativo que continúa regulando su uso y consumo, con el objetivo doble de, por un lado ponerlos a disposición de quienes quieran dejar de fumar y, por otro lado, prohibir su venta dirigida a los no fumadores, especialmente a los jóvenes.
Los especialistas del Grupo Español de Cáncer de Pulmón (GECP) han reclamado medidas contra el uso de estos dispositivos después de observar un incremento del 36% desde 2017.