Aterrizaron en las tiendas como una forma moderna e inocua de fumar, incluso un método exitoso para deshabituarse del tabaco, pero pronto se ha cuestionado su composición y sus verdaderos efectos en el consumidor. Las dudas sobre los cigarrillos electrónicos o vapeadores están llegando a las consultas de los médicos mientras los profesionales reclaman más estudios que clarifiquen qué tipos de sustancias los componen y su efectividad para dejar de fumar.
La Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria, a través de su Grupo de Trabajo de Abordaje al Tabaquismo ha elaborado un documento de posicionamiento en el que ha solicitado al Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad que prohíba "lo antes posible" el uso de cigarrillos electrónicos en lugares públicos cerrados, al ser un "riesgo" para la salud pública y una "puerta de entrada" al consumo entre los más jóvenes.
La Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) ha expresado hoy su respaldo a la regulación del consumo del cigarrillo electrónico y equiparar su utilización a la del tabaco, al tiempo que pide que se consideren un "producto medicamentoso".
La OMS desaconseja el uso del cigarrillo electrónico y los profesionales sanitarios españoles alertan de que contiene algunas sustancias idénticas al convencional y con efectos a largo plazo desconocidos.
Sanidad y las CCAA elaboran una norma estatal para prohibir su consumo en estas instalaciones. Ana Mato reconoce que se ha producido "un intenso debate".
El Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad propondrá este miércoles a las comunidades autónomas, en el marco del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (SNS), tomar medidas para regular el uso de los cigarrillos electrónicos en España, ya que actualmente no hay una normativa específica que regule su venta y su consumo.
En una respuesta parlamentaria, el Gobierno reconoce que es "un producto problemático". España carece de una normativa específica, pero la UE apuesta por equiparlo con el tabaco.
Los comerciantes tendrán que sacar un permiso de la ciudad para venderlos y pedir una identificación que pruebe la edad del comprador. Al mismo tiempo la ordenanza prohíbe la venta de tabaco y cigarros electrónicos a menores de edad en la calle, en camiones de comida u otros medios ambulantes.