La Organización Mundial de la Salud (OMS) catalogó este año a la adicción al sexo o comportamiento sexual compulsivo como un problema de salud mental, una enfermedad entre las más de 55.000 que tiene fichadas.
"El pánico moral en torno a los videojuegos puede dar lugar a falsos positivos entre niños y adolescentes que juegan como parte de una vida normal y saludable", asegura un grupo de expertos. Los científicos advierten sobre el riesgo de la inclusión de "recompensas aleatorias" dentro de algunos videojuegos, el mismo sistema que usan juegos de azar y tragaperras.