El 22,7% de la población española afirma consumir tabaco de manera diaria. Esta es una de los datos del informe Tabaquismo y cáncer en España, enmarcado en el proyecto de Observatorio del Cáncer de la Asociación Española contra el Cáncer (AECC), cuya finalidad ha sido ofrecer una panorámica de la situación de la prevalencia de consumo de tabaco en nuestro país, así como los efectos de la exposición al humo y los diferentes tipos de cáncer asociados al consumo de tabaco.
La aplastante realidad es que las farmacéuticas invierten tanto dinero en los médicos porque saben perfectamente que van a tener un retorno económico de múltiples maneras al influir sobre la actividad médica.
La exposición a largo plazo al humo de tabaco que queda en el ambiente durante la niñez aumenta el riesgo de muerte por enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) en la adultez, según un estudio realizado por Sociedad Americana del Cáncer.
Un creciente número de estudios epidemiológicos indican que el consumo de alcohol, incluso en cantidades moderadas, es un factor de riesgo para el desarrollo de varios tipos de cáncer.
El mayor estudio sobre la salud pública en España revela que la mayor parte de las causas de muerte prematura y enfermedad se podrían prevenir fácilmente.
El riesgo de mortalidad y de desarrollar un número de cánceres es más bajo en los bebedores ligeros que consumen un promedio de menos de una bebida al día a lo largo de su vida y el riesgo de algunos cánceres aumenta con cada bebida adicional por semana, según concluye un nuevo estudio, publicado esta semana en 'PLOS Medicine' por Andrew Kunzmann, de 'Queen's University Belfast,' y sus colegas.
Estar expuesto al humo del tabaco aumenta en un 30% el riesgo de muerte cardiovascular. En el primer año de abandono, el riesgo se reduce a la mitad y a los cinco años se acerca al de los que nunca han fumado, además, en el caso de las personas que han sufrido ya un infarto y dejan el tabaco ven reducida su mortalidad en un 36% a los dos años.
En este artículo se explica cómo construir una dieta rica en fitoquímicos para combatir los radicales libres producidos por el humo del tabaco, por tanto va dirigido especialmente a aquellas personas que aún no han conseguido dejar de fumar. También sucede si uno vive en una ciudad contaminada.