Un estudio elaborado por el Centro de Atención y Seguimiento en Drogodependencias del Centro Penitenciario de Brians (Fundación Salud y Comunidad), ICEERS y la Universitat Rovira i Virgili ha evidenciado que el cannabis "mejora la calidad de vida en la cárcel y permite reducir la medicalización".
La tendencia al envejecimiento de las personas que usan drogas, especialmente en las personas consumidoras o ex-consumidoras de opiáceos de larga evolución, es una realidad que requiere de una respuesta a las necesidades de esta población.
Los beneficios que proporciona a los usuarios de drogas inyectables la asistencia frecuente a estas salas subrayan la necesidad de mantener las salas actuales y promover la apertura de otras en países europeos donde todavía no están disponibles