Las personas con trastorno por consumo de opioides a quienes se les recetó una dosis más baja de buprenorfina tenían un 20% más de probabilidades de interrumpir el tratamiento que aquellos que recibieron una dosis más alta, según un estudio de pacientes a los que se les recetó buprenorfina en Rhode Island de 2016 a 2020, a medida que el fentanilo estuvo ampliamente disponible.
La proporción de muertes por sobredosis de opiáceos en las que intervino la buprenorfina, un medicamento utilizado para tratar el trastorno por consumo de opiáceos, no aumentó en los meses posteriores a la flexibilidación de su prescripción durante la pandemia de COVID-19 en Estados Unidos, según un estudio de investigadores del Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas de EEUU y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades EEUU (CDC, por sus siglas en inglés).
Un equipo de investigación dirigido por la Universidad de Houston (Estados Unidos) ha desarrollado una vacuna dirigida al peligroso opioide sintético fentanilo que podría bloquear su capacidad de entrar en el cerebro, eliminando así el "subidón" de la droga.
La mitad de los participantes de la cárcel que incorporaba el tratamiento reincidieron, en comparación con el 63 % de los de la cárcel que no lo incorporaba.
El tratamiento con altas dosis de buprenorfina administrado en los servicios de urgencias es seguro y bien tolerado por las personas con trastorno por consumo de opiáceos que experimentan síntomas de abstinencia, según un estudio apoyado por el Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas (NIDA) de los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos y publicado en la revista 'JAMA Network Open'.
La retención en el tratamiento con metadona y buprenorfina se asocia con reducciones sustanciales de la mortalidad por sobredosis en personas dependientes de opioides.