Un donativo anónimo permitió comenzar el proceso en un hospital de Barcelona cuando Jordi P., con adicción severa y problemas respiratorios, ya había fallecido tras más de dos años luchando para que le autorizasen el uso compasivo de la diamorfina.
El caso, que lleva 20 años en los tribunales, supondrá la desaparición de la farmacéutica y la creación de otra empresa que se dedicará a tratar la adicción