El aumento del tiempo que los menores han dedicado, durante el confinamiento, a las pantallas de los móviles, a la televisión u ordenadores, ha sido relacionado con un peor estado mental, según ha recogido un estudio canadiense.
En España, más de dos millones de personas toman ansiolíticos con regularidad. Es decir, ya hay más personas que los consumen que población diagnosticada por ansiedad y depresión. Los psicofármacos, prescritos de forma masiva en nuestro sistema sanitario, se están convirtiendo en una bomba de relojería con costes millonarios. ¿Trivializamos su consumo? ¿Y cuáles son las consecuencias?
El estudio científico más grande hasta la fecha ha concluido la no existencia suficiente de que el cannabis medicinal, tanto basado en cannabidiol (CBD) como en tetrahidrocannabinol (THC), alivie la depresión, los trastornos de ansiedad, el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), el síndrome de Tourette, el trastorno de estrés postraumático (TEPT) o la psicosis.
Es un hecho que abandonar el hábito tabáquico provoca ansiedad en el que lo intenta. Las embarazadas son un grupo especialmente sensible al tabaco por motivos obvios, pero es fácil escuchar con relativa frecuencia que la ansiedad por dejar de fumar tiene efectos más perjudiciales sobre el feto que un cigarrillo en sí.
Una investigación de la Universidad de Houston ha descubierto que los adultos que toman opioides recetados para el dolor intenso tienen más probabilidades de tener problemas de ansiedad, depresión y abuso de sustancias si también consumen marihuana.